miércoles, 16 de febrero de 2011

Los concursos que nos han hecho crecer

¿Os acordáis cuando sólo teníamos una televisión en casa? Ahora prácticamente vivimos por y para ella, ocupamos todas las estancias de la casa con un televisor y orientamos todos los muebles hacia él. Esta es la historia de nuestra televisión...Por partes. He querido empezar por "Los concursos", un formato que es a la televisión lo que la patata a la agricultura; un imprescindible. Y es que con el éxito que tuvieron en los 80 y 90 en nuestro país es difícil concretar porqué todos estos formatos han caído en el olvido, y cuando los han querido rescatar han fracasado estrepitosamente.

Se puede empezar de otra forma, pero no se debe. 1,2,3 es el padre de todos los concursos de este país. Los mejores humoristas del momento, chicas guapas, grandes premios, una sintonía pegadiza y lo más importante, un icono que ha perdurado todos estos años: la calabaza Ruperta. Aún hoy en día es difícil calcular cuántos habitantes de Torrevieja han pasado por el 1,2,3 de Chicho Ibañez Serrador.



Por Tve1 pasaron, además del 1,2,3, numerosos buenos y míticos concursos. ¿Quién no recuerda el mítico “¡A Jugar!” de Joaquín Prat en El Precio Justo? Por esas fechas en tve1 también había sitio para los niños. Juego de Niños puso de moda entre otras cosas el término gallifante, que hoy en día seguimos usando… ¡Y es de 1989! Otro programa de éxito de esa época fue No te rías que es peor. Ahí se dieron a conocer un nutrido elenco de humoristas, desde Marianico el Corto hasta Pedro Reyes. Su hermano gemelo en la actualidad podría ser El Club del chiste, sólo que no hay nadie riendo…Digo concursando.



Mientras los eruditos se entretenían con concursos como El tiempo es oro o Cifras y Letras, empezaban ya arrancar formatos de otra índole en la década de los 90 como el famosísimo ¿Qué apostamos? Que duró la friolera de siete años. Siete años esperando hasta la madrugada sólo para saber si se duchaban Ana o Ramontxu. Había pruebas de todo tipo, desde el matemático rapidillo hasta los forzudos tirando de camiones. Prueba palpable de su éxito es que hay países emitiendo formatos parecidos. En Alemania hace mes y medio un concursante sufrió un gravísimo accidente apostando a que saltaba varios vehículos con unos zancos. Ahora estará pensando “¿Porqué no hice una multiplicación de 200 dígitos?”



Empezaba así la época de los concursos espectaculares. En tve1 apostaban por La noche de los castillos, una especie de Pekin Express nacional y trastabillado que no tardaría en desaparecer. Para entonces Antena 3 y Telecinco ya se habían puesto las pilas y empezaban a emitir concursos de éxito. El Gran Juego de la Oca presentado por Emilio Aragón, es quizá uno de los formatos más recordados. El flequi, beso o tortazo, la piscina de barro, Maxtor y los famosos dados electrónicos que nos daban un ganador justo antes de finalizar, la magia de la tele. Mientras en telecinco apostaban más por el “amor”, por decirlo de alguna manera con concursos como Su media naranja o Uno para todas, cuya versión actual podríamos decir que fuera Mujeres y Hombres y Viceversa, con unos cuantos musculitos más y unos cuantos cerebros menos. ¿Y qué me decís de Furor? Grafismos como el de “Tío Bueno” que acompañaban a la presentación de Alonso Caparrós hablan por sí solos.





Aunque sé que he obviado un montón de concursos, creo que he rescatado los que más nos han hecho crecer, y no hablo de la edad…

1 comentario:

  1. Me quedo sin duda con el 1,2,3 o con el Juego de la Oca... Ese gran descubrimiento llamado Lidia Bosch, o ese Milikito, Rey hoy de la televisión española...

    ResponderEliminar