Risa tonta: LQSA

Creía estar preparada únicamente para un tipo de comedia, pero un montón de series y programas han demostrado que mi mente es receptiva desde el humor que llaman "inteligente" hasta lo más escatológico. La que se avecina no entra en ninguna de esas dos categorías, aunque está más cerca de lo soez que de lo erudito. Contando con que no podemos exigir a los guionistas españoles que hagan series como Modern Family (adalid de las nuevas sitcoms americanas), sería justo que nos conformáramos con productos como Aída, Pelotas (tristemente desaparecida), Aquí no hay quien viva (que siguen repitiendo con éxito en tdt) o la que nos ocupa: La que se avecina.

No hace mucho caí sin querer en Telecinco y ví unos minutos largos de esta serie. Lo que más me jode es reconocer que me reí bastante con un par de personajes: el señor Recio interpretado por Jordi Sánchez y Amador o "Cuqui" interpretado por Pablo Chiapella (parte de los chanantes con lo cual cuenta con toda mi confianza). El caso es que ahora me toca admitir que no pude parar a tiempo la risa tonta cuando decían palabras como: "pinchito" o "salami". Una parte de mí sigue siendo bastante vulgar. Aquí os dejo una secuencia del capítulo de la semana pasada, si no os reís no os juzgaré.

Blancón

Reconozcámoslo, estas cosas siempre hacen gracia. Recuerdo los típicos vídeos recopilatorios de "cagadas" en telediarios que siempre funcionan. Esta vez el telediario de fin de semana de la primera nos ha brindado otro momentazo. Antonio Parreño, envíado especial en Mauritania, empieza la entradilla renqueando para acabar como todos estábamos esperando: con un blancón de tres pares. Después del segundo Omar Saharaui ya se ve que la cosa no va a terminar bien. El despiste provoca además que David Cantero no sepa ni dónde mirar, Cámara 3 amigo, Cámara 3.

Remember: Grand Prix

Qué duro es el mundo del espectáculo y qué rápido nos olvidamos de las cosas que importan. Ya hace cinco veranos que convivimos alegres ajenos a la magnitud de la desgracia: no tenemos Grand Prix del verano en las generalistas. No tenemos vaquillas, ni rampa, ni bolos, ni troncos locos y por supuesto no tenemos patatas calientes. Ya nadie se acuerda de los habitantes de Murchante, Guijuelo o Carrión de los Condes que se proclamaron vencedores en distintas temporadas del concurso. Ellos serán hoy los únicos que porten felices el estandarte de la victoria. Me atrevo asegurar que allí una de las anécdotas que cuenten será esa. En Guijuelo una conversación típica de verano de un turista con un autóctono sería más o menos así:

- Perdone ¿para comprar el mejor jamón ibérico de bellota con denominación de origen Guijuelo?

- Pues chico ni idea, pero lo que sí te puedo decir es que ganamos el Grand Prix de 1996

Se han dado casos de gente que se ha ido de la localidad sin llegar a probar sus ibéricos debido al Grand Prix. ¿Mito o realidad? En fin, Ramonchu García estaría orgulloso de esta gente. No de nosotros, ni del abuelo y del niño, que no hemos hecho sino olvidar el mejor programa veraniego de todos los tiempos. Descanse en Paz Grand Prix del verano.



Es escuchar la sintonía y me vuelvo loca...

El reportaje se hunde II

Existen dos maneras de "hundirse" en televisión. Una como ya vimos hace poco, donde la intrepidez te lleva al ridículo porque te caes sin querer y otra donde la intrepidez te lleva al ridículo pero queriendo.



Desde que Adriana Abenia recaló en el Sálvame han sido muchas las conexiones en directo memorables las que nos ha brindado. A muchos les puede parecer una reportera de 10, pero yo sigo pensando que ha entrado en una espiral de vacile alucinante. No sé qué es peor si su risa (nada cándida), su predisposición incondicional o su top less en directo. Lo extraño es que Jorge Javier no haya traspasado la pantalla para ir a recoger corriendo su parte de arriba del bikini para que la "pobre" chica no pueda salir del agua en una temporada. De aquí a Interviú un pasito...